EFRÉN DE NÍSIBE
Contra Marción
LIBRO I
I
De las verdaderas escritos de la Iglesia, las Escrituras dan testimonio de que son verdaderas. Pero en cuanto a los escritos que pertenecen a las Escrituras, sólo las Escrituras dan testimonio de ellas, porque los escritos de la Iglesia no apelan al testimonio de los escritos de las Escrituras. Además, los judíos dan testimonio de nuestros escritos. Y puesto que Dios sabía que las Escrituras estaban a punto de salir al mundo, realizó grandes señales como la división del mar y la nube, y la columna y las codornices y el maná y todas las señales y todos los prodigios, para que dieran testimonio acerca de aquel pueblo de que era el pueblo de Dios. Además, a otros países algunos de ellos fueron dispersados anteriormente, y dan testimonio hoy acerca de los judíos antes mencionados y acerca de sus leyes, como aquel pasaje en el que dice que "el Señor ha traído el mal sobre este lugar".
II
No obstante, los edictos que habían sido escritos por Nabucodonosor y por Darío fueron depositados entre los archivos del reino antes mencionado, y luego fueron enviados a los diversos países. Y he aquí que también los reyes de los países dan testimonio acerca de los libros de los hebreos en las crónicas que les pertenecen, según lo que se dice en Esdras: "Aprende y ve que esta ciudad es una ciudad guerrera desde antiguo", y: "Aprende de nuevo y ve que Darío ordenó acerca de esta ciudad que se debía construir". Así, los milagros que se realizaron en medio de Egipto fueron inscritos en los archivos de Alejandría. Y los milagros que se hicieron en Babilonia se encuentran en los anales de los reyes de Babilonia, de los griegos y de los romanos, así como de la ciudad de Jerusalén. Y he aquí que hasta el día de hoy las tablas de la ley que están escritas y colocadas dan testimonio a los habitantes de la ciudad de que no deben aventurarse a entrar en sus límites. Todos estos testigos que te he enumerado, junto con las enseñanzas antes mencionadas y junto con los hebreos, son testigos de que nuestras Escrituras son verdaderas. Pero, como ya he dicho, sólo esas enseñanzas dan testimonio de las Escrituras de las enseñanzas antes mencionadas. ¡Y ojalá todas dieran testimonio de las Escrituras de las demás! Pues aunque se pensara que esto es a su favor, puesto que sus testigos son muchos, sería en contra de ellos que el testimonio de cada uno de ellos sobres su compañero era una negación de su propia enseñanza. Pues ¿cómo podría ser veraz quien proclama siete dioses, cuando otro afirma después de él en confirmación que proclama sólo dos dioses? O ¿cómo podría el que proclama tres dioses afirmar algo en confirmación de ambos? Así, todas las enseñanzas son refutadas por los judíos, porque las Escrituras pertenecientes a los judíos son más verdaderas que todas las enseñanzas. Pero los mismos judíos, quienes por medio de sus verdaderas Escrituras han sido capaces de superar muchas enseñanzas, son refutados por la Iglesia.
III
Por lo tanto, los judíos dan testimonio del único Dios que proclamamos, junto con los marcionitas, Bardaisán y Mani. Porque aunque Bardaisán dijo que siete entidades constituyen el mundo, sin embargo dijo acerca de la ley que fue dada por Dios. Y Mani nuevamente, aunque dijo que Aquel que habló por los profetas existe como resultado de una mezcla, sin embargo dijo acerca de él que él está en el cielo. Y Marción, aunque introdujo un Creador extraño (fam. el Extraño), sin embargo, mientras estaba gritando todo el tiempo cerca del Hacedor y acerca de su predicación y acerca del pueblo que es suyo, sin embargo nuestras Escrituras que están en manos de los marcionitas estaban dando testimonio en nuestro nombre. Así, incluso las blasfemias de los marcionitas dan testimonio de ellas.
IV
Los seguidores de Marción llaman a nuestro Dios el Justo. Sin embargo, vemos que sus adoradores están afligidos en este mundo, y los injustos y los hacedores de maldad se divierten, y él es encontrado bueno con los hombres malvados y algo diferente con aquellos que son suyos. Porque él promete goces a aquellos que guardan sus mandamientos, mas las aflicciones los rodean. Acerca de los injustos dijo "maldito seas", y el que es bendecido según la ley corre a pie delante del que es maldecido en las Escrituras. El profeta Elías, por ejemplo, corría delante del injusto Ajab. Y los profetas de Baal se hartaban de la mesa de Jezabel, mientras los verdaderos profetas se alojaban en cuevas.
V
Los seguidores de Marción dicen acerca de cada una de estas cosas (es decir, acerca de la justicia del Justo, y acerca de la gracia de su propio Dios), que ésta no vino a traer alivio a los justos en este mundo. Pero la gracia del Creador se extiende incluso sobre los seguidores de Marción. Y si dicen que una fuerza extraña se les opone, ¿quién es, por otro lado, el que se opone a la misericordia? Además, ¿quién lo obligó a que su misericordia proporcionara una cobertura a los filósofos y magos y a toda clase de doctrinas? Y en cuanto a los bebés, las semillas, las plantas y las posesiones de los seguidores de Marción, ¿quién hace que crezcan? ¿Y quién envía la lluvia para ellos, o quién hace que el sol brille para ellos? ¿Quién ordena a la tierra que los sostenga y gobierna el cielo para ellos? Ves que toda la gracia de nuestro Creador se muestra hacia los seguidores de Marción. Además, hacia aquellos que son ingratos como ellos; pero en el caso de los justos y los profetas sucede lo contrario de estas cosas (es decir, la humillación y la ignominia). Porque Jeremías, el profeta, es arrojado a un pozo fangoso, mientras que Sedecías, un hombre injusto, vive en el lujo. ¿O es posible que haya venido un extraño severo y favoreciera a los malvados y oprimiera a los buenos?
VI
No obstante, no fue el Dios extraño (fam. el Extraño) quien ya había anunciado cosas terrenales a los ingenuos, mientras que entre todos nosotros enseñó la semejanza de las cosas verdaderas por medio de sus fieles y por medio de sus justos. Por medio de estos dos métodos enseñó dos clases de personas, a saber: la clase de los maduros, y otra que consiste en los ingenuos. Pues alegró a los ingenuos con promesas de la tierra, y oprimió a los maduros con severas aflicciones. Pero veamos a qué se parece nuestra propia aflicción; ¿es como la de los ingenuos o como la de sus profetas? Si somos como los profetas en nuestras aflicciones, ¿cómo dicen los seguidores de Marción que sólo en tiempos recientes se han anunciado aflicciones? Y de nuevo, preguntemos también a los judíos y a los justos que estaban entre ellos: ¿A quiénes debemos asemejarnos? A los otros más bien que a ellos debemos asemejarnos.
VII
Que nos miren a nosotros y a los justos, y vean si somos como ellos en nuestras aflicciones. Y si somos como los justos en nuestras aflicciones, es también un hecho que la ley está con nosotros. Pues ¿a quién era justo que se le diera la ley de los afligidos y desposeídos, a nosotros los afligidos y desposeídos, o a aquellos que incluso hoy esperan subir a Jerusalén, y están ansiosamente esperando hasta ahora la leche y la miel? Ves, pues, oh Marción, que si en medio de toda esta madurez la simpleza de los judíos no ha sido superada, ya que estas cualidades todavía existen en ellos, ¿cómo podrían numerosos países alcanzar la madurez, viendo que el país de los judíos, con todo este esfuerzo, no fue capaz de alcanzar la madurez?
VIII
Si los asociados de Marción, a quienes hemos dejado atrás en nuestra discusión, vienen y están de acuerdo con él, y nos dicen "si el Creador era uno y sabía que Adán pecaría contra él, ¿por qué entonces el Creador creó?"... yo les contesto: Que todas las sectas sepan que también ellas están incluidas en esta objeción. Pues ¿por qué sus dioses no vinieron o lo impidieron, para que él (es decir, Adán) no fuera creado, o para que pudieran corregir y ayudar a lo que había sido creado? Pues ¿por qué sus dioses no impidieron que el Creador creara lo que no es bueno? Y si no lo impidieron en ese momento, ¿quién enviará tras ellos hoy? Y quizá fue por esa razón que Dios hizo que Adán viviera durante novecientos treinta años fuera del recinto del árbol de la vida, para que se viera que no había otro Dios que pudiera ser encontrado para irrumpir en el recinto, que el Justo había cerrado por medio del querubín y la punta de la espada, y traerlo (es decir, a Adán) dentro. Porque si hubiera habido otro Dios más compasivo que éste y más fuerte que nuestro Creador, él habría irrumpido en el recinto (que entonces no estaba irrumpido) y habría llevado al mortal Adán a la presencia del árbol de la vida, para que pudiera comer de él, de modo que, así como a consecuencia de su comer del árbol del conocimiento todos morimos, también a consecuencia de su comer del árbol de la vida todos pudiéramos vivir por medio de él. Pero si permaneció novecientos treinta años fuera del recinto del paraíso y no encontró otro dios que lo trajera dentro del recinto del paraíso, y después Dios lo disolvió y lo hizo volver a su polvo, y no se encontró otro dios que lo levantara del polvo, reconoce, oh Marción, la justicia de Aquel que dijo: ¡Yo soy Dios y no hay nadie fuera de mí!
IX
Si Marción dice que el único motivo por el cual el extranjero no vino antes fue para que al final se pudiera ver su gracia, que sepa que Dios ya había mostrado una pequeña medida de gracia en relación con su justicia, de modo que su gran gracia no fue considerada extraña cuando se manifestó a su debido tiempo. Por eso, el que mostró una pequeña medida de gracia hacia Adán (cuando ningún Dios extraño había mostrado su gracia hacia él) es conocido como el mismo Dios que mostró una gran gracia de la que dicen que es la gracia del Extraño. Porque Dios había decretado esto en su justicia respecto de Adán, diciendo que "el día que comas de él, morirás con seguridad". Porque nuestro Dios decretó justamente y para que pudiera en su amor advertir a Adán, que vivía en un estado bueno, para que no viviera en un estado malo. Pero cuando Adán no prestó atención y cayó en desgracia, la justicia lo alcanzó, según lo había decretado ("el día que de él comieres, ciertamente morirás"). Pero Dios se volvió hacia la gracia y atemperó la dureza de la justicia, para que Adán no muriera ese mismo día, sino que viviera novecientos treinta años y luego muriera.
X
Así como Dios le dio a Adán 930 años en aquel tiempo por su compasión, así lo ha mantenido vivo incluso ahora en la vida eterna por su gracia. Porque le dio a Adán en misericordia (lo cual (significa que le dio por medio de nuestro Señor) la vida eterna. Pero si aplican el término extrañeza a cada gracia, entonces también en relación con Adán se mostró extrañeza. Porque el mismo Dios decretó que "el día que comas morirás", ¿cómo se le encuentra manteniéndolo vivo durante 930 años?
XI
Acerca de Juan, que se pregunte a los judíos si Juan vino o no. Si dice que Juan vino, ¿de dónde tienes esto, oh Marción? Tal vez dice del testimonio de Jesús que los judíos dicen que en los días del mensajero también viene el hijo del Rey, ya que Juan también cuando oyó el informe de Jesús de que había venido le preguntó: "¿Eres tú el que ha de venir, o esperamos a otro?". De hecho, Juan el Bautista no dice que "ellos buscan", sino "nosotros buscamos", para mostrar que él y sus contemporáneos, en sus propios días y en los de sus contemporáneos, lo estaban esperando.
XII
Si los judíos dicen, pues, que si viene Elías, también ha venido el Mesías, y Juan pensó que cuando vino Jesús era él, ¿no fue porque creía firmemente que había de venir en sus días, es decir, en los de Juan? Por eso pensó que cuando vino Jesús era él, ¿o acaso ni siquiera Juan sabía cuándo había de venir el Mesías? ¿Y por qué vino, entonces? Si vino a allanar el camino delante de él, entonces vino a quitar las piedras; pero si vino a llamar a los pecadores al arrepentimiento y a bautizar a los arrepentidos, fue enviado para purificar los pecados por medio del agua. Es evidente que estos lugares estaban preparados como para la habitación de huéspedes de Aquel que había de venir, y es manifiesto que él ha venido. Si él habita en corazones puros, es por tanto espiritual; Pero si el que había de venir no era espiritual, porque era el hijo de David, que nos explique (es decir, Marción) cuál era el camino que Juan le estaba allanando. Porque en honor de los reyes, o de los hijos de los reyes, se allanan los caminos y se quitan las piedras delante de ellos. Pero antes de la venida de éste dijo que las mentes debían ser purificadas. ¿Qué es probable? ¿O es posible que David también, en los días de su reinado, habitara en mentes y no en palacios? Y si David habitaba en palacios, y también el hijo de David habitará en palacios, ¿qué le estaba preparando Juan? ¿Mentes en lugar de palacios? ¿O es posible que Juan allanara caminos y preparara palacios, aunque ni siquiera habitara en la tierra cultivada?
XIII
Sin embargo, aunque Juan era el mensajero del reino, no fue directamente a la capital del reino. ¿Por qué dejó la tierra cultivada y se fue al desierto? ¿O es posible que el que lo envió haya venido al desierto y que por eso el que fue enviado también estuviera predicando en el desierto? Pero si lo expulsaron, ¿no lo trataron bien? ¿Pues qué vieron en él que pudiera hacerles creer que era el mensajero de Aquel que había de venir? Tal vez se convencieron por el hecho de que fue encarcelado, o que fue expulsado, o que la niña jugó con su calavera. Pero tal vez dirás que hicieron estas cosas a Juan por el poder de Herodes. Y si él es el mensajero de ese Mesías para todas las naciones, ¿no fue realmente más grande que Herodes incluso allí? ¿O puede ser que incluso el general de Herodes fuera más grande que el Rey de las naciones?
XIV
Si en verdad él era su heraldo o mensajero para el Rey, ¿puede ser que el que viene sea realmente perseguido como su mensajero? ¿O es realmente asesinado como él? Pero si en su llegada no lo reconocieron, ¿en qué se parece a Juan? Pues aunque no estuviera "en sus días", pero fuera realmente como él en todo sentido, esto bastaría, incluso por sí solo, para refutarlos al mostrar que no puede ser extraño para alguien a quien se parecía en todo sentido. Y si este único punto bastara para refutarlos, ¡cuánto más creíble será que no sea extraño para este hombre que también estuvo en sus días, ya que por boca de dos testigos se establece cada palabra!
XV
Si dices que no sólo Juan es como Jesús, sino también Elías y Jeremías, que le precedieron, dices bien. Pero ¿son estos a quienes citas como él o no? Si son como él, está en tu contra el no poder dar la vuelta y decir que por casualidad, por así decirlo, Juan sólo resultó ser como él. Pero dijiste que hay muchos hombres de tiempos pasados que son como Juan, y todos ellos son como Jesús, de modo que ahora hemos encontrado que la humildad existía antes de Jesús. Y si la humildad existía antes de él, ¿qué es esa cosa nueva que trajo consigo y que no estaba en esos tres (es decir, Juan, Elías y Jeremías) y en sus otros asociados que eran como ellos?
XVI
Y si no, ¿por qué dicen que no hubo ayuno en el mundo, cuando todos los grupos dispersos de los seguidores de Marción se reúnen no pueden mantener el ayuno de Ezequiel, ni han orado nunca ni oran ahora una oración como la de los amigos de Daniel? Si dicen que "estamos orando todo el día", veamos si su oración es aceptada. Tal vez dirán: Lo es, y: ¿Cómo sabes que no es aceptada? Pues bien, yo digo: Por el hecho de que él no hace nada por ellos aquí en absoluto. Y si dicen que él hace algo por ellos, que nos lo muestren, y lo aceptaremos. Porque Daniel solía orar tres veces al día y por medio de su oración interpretaba sueños y traía al pueblo de Babilonia de regreso, y los ángeles solían venir a él en el momento de su oración. Pero los marcionitas, como dicen que oran más que Daniel, no lograrán más que él, ni siquiera tanto como él, sino menos que él. Pero como oran más que los justos, como dicen, y sin embargo no son respondidos ni siquiera tanto como los pecadores, está claro que, como oran a alguien que no existe, por eso no son escuchados ni respondidos cuando oran. Pero si oramos por cosas grandes y celestiales, estas son añadiduras. Además, ¿cuál es la nueva clase de oración que trajo consigo?
XVII
A los profetas se lo envió, y también a Jesús. Y si Jesús no envió a los profetas y el Creador no envió a Jesús, entonces de estos mismos sufrimientos de los profetas Jesús tomó un ejemplo para adornarse con ellos en medio del mundo cuando viniera; porque vio que estas mismas cualidades eran agradables para quien ama, se revistió de ellas y las utilizó, para poder atraer a los habitantes de nuestro mundo con la humildad que les agradaba. Y si nos atrae con algo que nos agrada, ¿cómo puede lo que nos agrada ser extraño a nuestra naturaleza? Pues aunque no hubieran estado en los profetas, pero son muy agradables a nuestra naturaleza igualmente se seguiría. ¿O dicen que él cambió nuestra naturaleza y la naturaleza de los profetas anteriores? ¿Quién cambió su naturaleza? ¿Fue Jesús? ¿No nos dirás entonces que él estaba en el mundo? Y si él estaba en el mundo, entonces el mundo estaba en él; y si el mundo estaba en él, él es el Hijo del Creador, como dicen las Escrituras, y no es el hijo del Extraño, como afirman erróneamente los seguidores de Marción. Pero si él no estaba en el mundo, ¿quién sembró previamente en nuestro mundo las cualidades agradables de Jesús?
XVIII
¿Acaso el Creador sabía que por medio de estas cosas Jesús estaba destinado a extraviar a los seres creados, y nos las dio de antemano, para que no nos extraviáramos después de Jesús cuando viniera? ¿Y dónde está ese pasaje que dice que "no hay nadie que conozca al Padre sino el Hijo"? ¿Y dónde está eso que dice "ninguno de los príncipes del mundo lo conoció"? Y si es que porque el Creador sabía que nos las anunció de antemano, ¿no nos extravió realmente para que pensáramos acerca de Jesús que él provenía de él, cuando anunció estas mismas cosas que también nos había anunciado? Pero supongamos que estas cosas pertenecen a Jesús. De ser así, ¿puede ser que él realmente cambió a los profetas, y que ellos fueron capaces de cumplir estos mandamientos? Y si él cambió realmente a los profetas, ¿cómo puede anunciarnos que debemos cumplirlos, cuando aún no ha cambiado nuestra naturaleza? En virtud del hecho de que nos incita con "bienaventurados los humildes de espíritu", ¿cambiará realmente nuestra naturaleza? Y si las quinientas bienaventuranzas no cambian nuestra naturaleza, si él las pronuncia no somos capaces de cumplir en esta naturaleza lo que no somos capaces de cumplir en esta naturaleza sin un cambio. ¿O es porque no puede que no la cambie? ¿O es porque no quiere? Si no puede, ¿cómo pudo cambiar la naturaleza de los anteriores? Y si, aunque pudo, realmente no quiso, ¿cómo consintió en cambiar la de los anteriores? Y si él no quiso cambiar a ellos, ¿por qué nos cambiará por medio de leyes que son extrañas a nuestra naturaleza? Pero si las leyes son afines a nuestra naturaleza, y nuestra naturaleza a las leyes, ¿dónde está esa extrañeza del Extraño?
XIX
Para que sepas que estos otros también concuerdan con estos primeros que te he enumerado, citaré las palabras de David, cuando dice: "Mis rodillas están débiles por el ayuno, y mi carne está consumida por falta de ungüento". Y también las de Job, cuando dice: "Ceñí cilicio sobre mi piel, y rocié mi cabeza con polvo". Y nuevamente las de David, cuando dice: "He hecho cilicio mi vestido". ¿Quién, pues, queda para el Extraño? Y aquellas cosas que Isu ordenó, ¿se encuentran en nuestras Escrituras? De modo que si predicó la misericordia, se encuentra en David, cuando dijo: "No es éste el ayuno que yo escogí, dice el Señor, que dobles tu cerviz como junco, y te cubras de cilicio y de ceniza; mas éste es el ayuno que yo escogí, dice el Señor, que desates las ligaduras de la iniquidad, y des tu pan al hambriento, y recibas al extranjero en tu casa". Además, si el ayuno es agradable al Extraño, he aquí que Elías y Eliseo y los hijos de los profetas son ejemplos de ello, y he aquí que Juanayunó en sus propios días (es decir, en los días del Extraño). Si entonces estas personas son agradables al Dios justo, como también son de hecho agradables a él, ¿por qué atormenta a sus amigos aquí? O hay algo compasivo en él y misericordioso para estos que son atormentados aquí; ¿O si no hay nada, es muy malvado y son agraviados por él, por cuya causa son atormentados aquí? ¿Y cómo se manifiesta la justicia del Justo?
XX
Véase también, oh Marción, que estos dos dioses, a saber, el Creador y el Extraño, ambos se enfadan por la misma cosa, se complacen en la misma cosa y se complacen en la misma cosa. Pues el Creador se enfada por las cosas odiosas, y el buen Dios también se enfada por las cosas odiosas (si es que es justo admitir que el buen Dios se enfada con aquellos que no han cometido ninguna ofensa contra él). Y así también ambos se complacen con las cosas buenas, pues es evidente que ambos se enfadan por el adulterio, el robo y otras cosas odiosas, y que ambos se complacen con el cilicio, el ayuno y la oración. Pues ¿qué ha sucedido con estos dos dioses para que tengan una sola voluntad? ¿No es claro que o bien hay solamente un Dios, o bien que ambos son Uno, pues como uno, ambos quieren con una sola voluntad?
XXI
Para que supieras que esto es así, el Creador santificó a Moisés y lo envió a Egipto, y como Moisés quería llevarse a su esposa con él por la fuerza, el Creador lo obligó por medio de un ángel a enviarla de regreso, para que pudiera mostrar cuán agradable es para él la santidad. Y el Extraño también actuó de la misma manera con Simón Pedro, aunque no lo obligó; y el hecho de que no lo obligara, ¿fue porque no le correspondía obligar, no solo porque es bueno sino también porque no es nuestro Creador? Y nuevamente, cuando el pueblo hubo sido santificado, no les permitió acercarse a la montaña santa porque estaban volviendo a la vida matrimonial. Pero el pueblo estaba de pie a distancia, y Moisés el santo estaba hablando, y Dios estaba respondiendo con una voz. Y nuevamente, los discípulos también estaban de pie en silencio, y Simón solo estaba hablando. Tal vez dirás: ¿No había entre ellos a Juan, una virgen, y no eran todos sus compañeros santos? Pero yo respondo: No, porque en el Sinaí ¿no era también el pueblo santo en relación con el Creador? Y Josué era virgen, y Moisés fue traído con Josué solamente. ¡He aquí! Aquí también se encuentra que Jesús se asemeja al Creador, porque el Creador santificó al jefe de sus profetas, y Jesús santificó al jefe de sus apóstoles.
XXII
Si por la santidad que Jesús predicó, pensáis que él es el Extraño, entonces ¿debemos suponer que Elías fue arrebatado a los cielos del Extraño? Porque él no habría arrebatado y hecho ascender a sus cielos a alguien que por su santidad quería ser el oponente del Creador, que quería que por medio del matrimonio la creación fuera fructífera y se multiplicara. Porque por el caso de Elías, por así decirlo, toda la creación del Creador ha sido anulada. Pero ¿cómo podría Elías haber sido recibido en los cielos por esa única cosa? Porque al sacerdote no se le permitía entrar en el tabernáculo a menos que estuviera santificado en su cuerpo. Pero si aquella única virgen del Hacedor hubiera precedido a aquellas muchas vírgenes del Extraño, sería justo que aquel Hacedor que había precedido el Extraño fuera llamado, puesto que no hay otro que haya existido antes que él, de modo que podamos decir que el primero fue la causa del último, y que éste lo imitó, puesto que fue el último e imitó al Hacedor. ¿Cómo es él el Extraño? Puesto que, por tanto, hemos encontrado que los profetas son semejantes entre sí en humildad, y Juan a todos ellos, y todos ellos a Jesús, ¿cómo puede entonces el Extraño, que se les parece a todos, ser extraño para todos ellos? ¿O puede ser que den el nombre de extrañeza a lo que es similar? Pues bien, ¡también los profetas, que se parecen entre sí, son extraños entre sí! Si dices que no quieres comparar a las criaturas con Dios, pues ¿cómo pueden las criaturas humilladas parecerse a un Dios humillado?, yo pregunto: ¿Es porque Jesús fue humillado mientras que el Creador no fue humillado que surge la extrañeza? Pues bien, según tu razonamiento, puesto que el Padre de Jesús no es humillado junto con Jesús humillado, también el Extraño, que no fue humillado, es extraño para su hijo humillado. Y si el Extraño que no fue humillado no es extraño para su hijo humillado, entonces no es porque uno fue humillado y el otro no fue humillado que surge la extrañeza, sino porque la extrañeza consiste en la extrañeza para la naturaleza de alguien. Pero si Jesús humillado se parece al Extraño que no fue humillado, ¡cuánto más Jesús humillado se parecerá al Creador humillado! Pues, ¿en qué consiste el hecho de que Jesús haya sido humillado? ¿No es acaso en esto que se manifestó a los hombres y les enseñó a hacer lo que es bueno? Si esto no se encuentra también en el caso del Creador, los marcionistas dicen la verdad. Y si ni siquiera esto le faltó, ¿por qué blasfeman con la extrañeza que introducen? ¿No entró en la morada de Abraham y comió? Y si era justo decir que comió y que se manifestó a Moisés, a Elías, a Isaías, a Daniel y al resto de los profetas, y para que no digas que se manifestó sólo a los justos, mientras que el Extraño se manifestó a los pecadores, ¡mira que se manifestó a todo el pueblo sin excepción! Y si dices que eran justos, respondo: Mira, a causa de su iniquidad todos cayeron en el desierto y, excepto dos, no entraron en la tierra prometida. Así hemos comparado a Jesús con el Creador, y se ha visto que el Creador precedió a Jesús en la humillación. Y si dices que Jesús fue crucificado, dices que así lo parecía, pero no es verdad. Y si añades que también descendió al sheol y ascendió, lo dices sin creerlo, pues no confiesas la resurrección del cuerpo. Pero, puesto que es verdad que Jesús se manifestó, el Creador se anticipó a él en la manifestación. ¿Cómo puedes, pues, comparar a Jesús con ese extraño que le es extraño en todos los aspectos? ¿Y por qué, por otra parte, quieres considerarlo extraño al Creador cuando se le parece en todos los aspectos?
XXIII
Si Marción persiste en sus objeciones, pregúntele de nuevo si cree o no en la palabra del Extraño. Si la cree, ¿qué testificó el Extraño sobre Juan? ¿Que Juan era en verdad un mentiroso o un hombre veraz? ¿Dijo de él que estaba en un error o que era un iluminador de los que están en un error? Si, pues, Juan es un hombre veraz y no una caña sacudida por todos los vientos, ¿por qué se tambalea y piensa en Jesús como el Mesías de la ley? Y si Juan sabía que la palabra de Jesús era no, entonces Jesús realmente mintió al decir acerca de Juan que él (es decir, Juan) le envió. Pero si en verdad Juan fue sacudido y enviado a Jesús, también la palabra de Jesús fue mentira, cuando testificó acerca de Juan que él no era una caña sacudida por cualquier viento.
XXIV
Por lo tanto, ambas afirmaciones no se sostienen. Porque o fue sacudido, o no fue sacudido. Si fue sacudido, y era una caña, ¿por qué dijo que no era una caña? Y si no era una caña, entonces no fue sacudido. ¿Y puede ser que le escribiera una carta y se la enviara, y le dijera "¿eres tú el que viene?". Pero es maravilloso oír que Juan cree en el hijo de David, y sin embargo, Jesús da testimonio al decir acerca de él que no era una caña y que se ha encontrado que se extravía siguiendo al Extraño, aunque el Mesías que es mencionado en la ley le es extraño (es decir, al Extraño) en todos los aspectos. Y si no fuera por el testimonio de Jesús, que dijo que no era una caña, se hubiera podido decir que porque Juan era humilde y vivió en los días de Jesús, que predicaba la humildad, por razón de su humildad que se parecía a la suya (es decir, la humildad de Jesús) abandonó al exaltado hijo de David y amó al humilde Jesús. Pero ese pasaje que dice que no era una caña no nos permite mantener esta opinión acerca de Juan.
XXV
En cuanto a este Juan, que se equivocó al pensar que era necesario que Jesús le enviara un mensaje, ¿realmente sabía el tiempo, o lo envió a pesar de que sabía que no era él? ¿Y qué lo impulsó a enviarle un mensaje? Si fue para que sus discípulos aprendieran de Jesús. Si dices que porque Jesús es bondadoso no quiso herir a Juan, entonces porque él es bondadoso ¿no condenará a los paganos y a los malvados, y dará testimonio de todas las enseñanzas falsas de que son verdaderas? Además, ¿qué es más grande que todas las cosas que consisten de polvo y ceniza, él hizo que alcanzaran todo este discernimiento; si él secretamente los castiga por sus graves pecados, se convierte en un ser malvado. Si dices que la única razón por la que dijo Jesús acerca de Juan "bienaventurado sea, si no se escandaliza en mí", fue para demostrar que no le comunicó lo otro que dijo acerca de él, que no era una caña, ¿por qué lo dijo? Pero si la única razón por la que lo dijo fue para demostrar que Juan era veraz en su enseñanza, entonces no envió a Jesús, y Jesús mismo hizo mentiroso al evangelista que escribió que Juan le envió, cuando en realidad Juan no le envió. Y si lo que dijo es verdad, es decir, que le envió, entonces ¿no es Juan veraz? Y si Jesús hubiera querido enviarle diciendo "yo soy", ¿no se habría extraviado tras él? Pero dijo "bienaventurado sea, si no se escandaliza en mí". ¿A quién, entonces, llaman piedra de tropiezo? ¿No es él quien se apartó de él? Juan, por tanto, era uno de los que creían en Jesús, y por eso Jesús envió a decir: "Bienaventurado sea si permanece firme y no se escandaliza conmigo". ¿O es posible que mediante la bienaventuranza quisiera engañar a Juan? ¿Y fue engañado Juan o no? Si no fue engañado, entonces el soborno del Extraño se perdió. ¿Y no sabía el Extraño que su soborno no sería aceptado por Juan? Y si lo sabía, ¿por qué permitió que se perdiera su soborno (es decir, el soborno de esa alabanza suya)?
XXVI
En cuanto a Moisés y Elías, que se encontraban en la montaña en compañía de Jesús, ¿qué dicen los marcionitas que hacían en su presencia? Dicen que eran guardianes allí. ¿Y qué estaban vigilando, puesto que no había nada en la montaña? Y si hubiera habido algo en ella, el Creador habría tenido el querubín y la punta de la espada con la que rodear la montaña. Y si, como Jesús era un extraño para él (es decir, para el Creador), ellos estaban guardando la montaña para él, entonces, en cuanto a entre la montaña y el santuario, ¿cuál de ellos era mayor para el Creador, para que dejara de proteger Su ciudad y su santuario y los enviara (es decir, Moisés y Elías) a proteger una montaña en la que no había nada? Si él no nos presentó allí algún símbolo, que nos digan qué estaban haciendo allí tales personas como Moisés y Elías. Y si dicen que "nos preguntáis también por vuestros asuntos", dejad entonces la cuestión de lo que hacían y decidnos vuestra opinión de por qué subió Jesús allí: ¿Fue para luchar? ¿Hizo la guerra contra el Creador?
XXVII
¿Por qué fueron enviados estos dos? Pues el Creador tenía miríadas de ángeles, si quería hacer la guerra. ¿O estaban con que le dijera a Jesús: Si realmente estás comprando, para comprar a la humanidad, ¿cuál es el precio de la humanidad? Y si estás tomando a la humanidad, ¿por qué tomaste de antemano a los Doce y a los Setenta del rebaño de otro? ¿O es posible que estés tomando a la humanidad de aquí? ¿Y no eres tú, he aquí, el que dijo que antes de la fundación del mundo los conocías? ¿Por qué entonces no los tomaste antes, cuando todavía no tenías intención de comprar? Si dijeran "En cuanto a la humanidad, porque estás a punto de comprarla, si la tomaste de antemano, nada lo impide", esta montaña que has subido, ¿era realmente esta montaña también requerida para ti? Si se hubieran presentado tales palabras y cosas similares, entonces habrían venido a él para la guerra. Pero si Isu vino a hacer la guerra, no era un Ser bueno, porque no sería correcto que un ser bueno dañara, ¡mucho menos a aquellos que aún no había comprado! Y si no fuera porque nuestro Creador es bueno y no hay límite para su bondad, seguramente no habría confiado en el Extraño para darle hombres para que lo acompañaran, cuando aún no le había pagado su precio. ¿O acaso hubo un trato? ¿Y no diría Jesús al Creador: Dame hombres y no me iré de tu casa, es decir, tu creación, hasta que te pague su precio? ¿Y no aprendió el Creador por el descenso de Jesús que él también debía ascender, de modo que, como no había nadie que lo viera cuando descendiera, de la misma manera se llevaría a quienes quisiera comprar y se los llevaría sin que nadie lo viera? Pero tal vez el Creador le dijo estas mismas cosas, y tal vez Jesús le respondió: Si me llevo las como tú crees, en virtud de lo que hice al descender, esas almas que estoy comprando de ti, ¿cómo puedo llevarlas sin tu consentimiento?
XXVIII
Para no ahondar demasiado en la perversa historia de Marción, este pacto que Moisés y otros acordaron con el Extraño en la montaña, la gloria que les mostró en la montaña, ¿con qué propósito se les mostró? ¿Será que se hizo para mostrarles que lo que dio era mayor que lo que recibió? Entonces también Moisés y otros se vendieron a él allí, a causa de esa gloria incomparable que vieron. Y quizás también Jesús les mostró esa gloria en la montaña para incitar a Moisés y otros, de modo que, como Moisés y Elías estaban acostumbrados a esa visión incomparable del Creador, Jesús les mostró que su gloria superaba a la del Creador, para que la desearan ansiosamente debido a su carácter incomparable. En resumen, hicieron un trato con él, porque lo habían amado.
XXIX
Si dices que Moisés y otros no acudieron a él para vender ni negociar, ¿por qué acudieron a él? ¿Es posible que acudieran a luchar? ¡Es muy probable que los hombres acudieran a luchar contra Dios! ¿Y cuál de ellos es el que golpea o el que es golpeado? ¿O acaso tomó a sus apóstoles consigo y los hizo subir a la montaña para que hicieran la guerra a los profetas? ¿Y cuál de los dos bandos venció o perdió? Pero ¿por qué se combatió? ¿Acaso fue por amor a sus dioses? ¿Y por qué esos dioses no habrían de luchar por el amor de los hombres? Pues si los dioses están en paz, ¿por qué se pelean por los hombres? Pues si las cosas creadas son de Uno, imprudentemente intervino Jesús. Si dicen que en verdad el Extraño subió al cielo, mira cuánto lo despreció el Hacedor y contra sus discípulos y contra el que dijo "éste es mi Hijo amado", pues él había enviado sólo a dos contra ellos.
XXX
¿No es evidente que, por ser tan fuerte, no pudo vencerlo? ¿Cómo podrían dos hombres vencer a tres? ¿Eran dos hombres, y no vivos, sino uno vivo y otro muerto, para luchar contra un dios? ¿ Acaso el Creador tenía miedo de venir y, por eso, no vino? De modo que, si hubiera venido, habría muerto. ¿O puede entonces una naturaleza divina sufrir dolor, ya sea el del Creador o el del Extraño? Y si no sufrieron, ¿por qué el Creador no vino contra él? ¿O puede ser que él realmente supiera que Moisés sería suficiente para enfrentar el ataque del extraño y, por lo tanto, no vino? En efecto, el Extraño no luchó contra ellos, y es evidente que percibió realmente que eran más fuertes que él, y por eso se mantuvo tranquilo y se abstuvo de entrar en batalla. Y en cuanto a su preparación de batalla con el Creador, si sus deseos anhelaban hombres, ¿por qué no pudo crear esto? Y si para crear hombres era demasiado débil, ¡cuánto más débil era para hacer la guerra contra Dios! Además, el Extraño que proclamó allí: "Este es mi Hijo amado", ¿a quién quería hacer oírlo? ¿Puede ser que estuviera llamando a Moisés para hacerlos Sus discípulos? ¿O para advertirles que no le dijeran nada a Jesús? ¿Y desde qué cielos llamó? ¿Fue desde el cielo del Creador? ¿Y por qué descendió a él? Si, por así decirlo, por causa del susodicho Creador, el Extraño descendió a él, entonces no sólo arrebató a los hombres, sino también al cielo. ¿O puede ser que el Extraño haya comprado a los ángeles que estaban en el cielo junto con el cielo? Pero si los que estaban arriba no fueron comprados por él, ¿por qué pasó por sus moradas? Pero si la voz vino para que fuera un testimonio del Hijo, que no tenía testigos en la tierra, he aquí, siendo que la voz vino del cielo del Creador, ¿quién nos puede decir que él no es el Hijo del Creador, en un caso en el que la voz que vino venía del cielo del Creador, especialmente cuando la montaña era la montaña del Creador, y la nube de Moisés pertenecía al Creador, y también los profetas que estaban en la montaña eran los profetas del Creador?
XXXI
Si la voz hubiera venido del cielo del Extraño, tal vez habría sido razonable para nosotros pensar que, para que la humanidad no se equivocara, debido a la montaña y la nube y Moisés, por eso la voz les llegaba del cielo del Extraño, para derribar la opinión que tenían sobre Jesús. Pero si incluso la voz que vino era del cielo del Creador, de ninguna manera lo negó afirmando que no era el Hijo del Creador, sino que realmente confirmó que él es el Hijo del Creador, y los sirvientes de la casa de su Padre, que habían venido para honrarlo, fueron testigos de ello.
XXXII
Si hubiera habido una batalla, el Creador no hubiera permanecido callado, él que, incluso cuando había otro Dios, no se abstuvo de decir: "Yo soy Dios y no hay otro". Y si cuando había ídolos, cuya naturaleza demostraba que no eran dioses, él proclamaba: "Yo soy y no hay otro", ¿podemos suponer que, en un caso en que un Dios estaba guerreando contra otro Dios, el Creador se escondió, para que la creación se extraviara tras el Extraño? Pues si en relación con los ídolos hubiera guardado silencio, sin embargo aquí sería justo que gritara. ¡Cuánto más cuando no guardó silencio ni siquiera ante los ídolos muertos! Pero, dado que las cuestiones relativas a una guerra han, como en una guerra real, superado y silenciado la cuestión de la compra, ahora que el cuento sobre una guerra ha llegado a su fin, volvamos a la cuestión de la compra. Explícanos, pues, qué es lo que el extranjero compró y a quién lo compró. Además, ¿con qué medios lo compró? Y lo que compró, ¿de qué naturaleza era? ¿Lo que dio era de la naturaleza del susodicho Ser Bueno, o realmente creó algo y lo dio? ¿Y no era lo que el extranjero creó más bello que lo que el Creador creó para sí mismo? Y si lo que el Extraño creó para sí mismo era más bello, ¿por qué vendió imprudentemente y se convirtió en un hazmerreír? Y si lo que dio era algo más pequeño, la debilidad del Extraño se vio en su acción creadora. ¿Y cómo fue persuadido el sabio Ser Justo de dar al Extraño algo grande a cambio de algo pequeño? ¿Fueron cuerpos lo que compró, o almas? Y si eran almas, ¿ por qué no compró los cuerpos? Dicen que vino a purificarlas porque las almas estaban contaminadas. Pero si esas almas no estaban contaminadas, ¿no se equivocó el extraño que las compró? E incluso si las almas estaban contaminadas, por lo que vino a comprarlas, ¿ no era ajeno a su naturaleza?
XXXIII
Si dijeran que "él purifica la naturaleza de las almas", que sepan que "un fuego se enciende en mi ira y arderá hasta el sheol más profundo". Si él es una naturaleza de la que se enciende el fuego y luego lo consume a su vez, en el caso de todo lo demás que se encuentre que pertenece a esa naturaleza, el fuego se encenderá de ella y luego lo consumirá a su vez. Porque si traes algo del agua del mar a una ciudad real, la amargura aún está en ella. Y así también, las almas que vienen del Creador están contaminadas como la fuente de la que esas almas vinieron está contaminada. Porque es poco probable que digan que los frutos están cambiados cuando la raíz de los frutos no está cambiada. Y si dicen que esa raíz también cambia, ¿cómo entonces él (es decir, el Extraño) no se esforzó en el caso de la raíz como en el caso de los frutos, para que se pudiera proclamar la perfecta bondad del Extraño? Pero el apóstol dice que "Eva vivirá a causa de sus hijos", luego el Creador habrá vivido a causa de las almas que vinieron de él. ¿O no quiso el Creador vivir así? ¿Y cómo consintieron en vivir las almas que vinieron de él? Pero si la naturaleza de las almas es la misma, también su voluntad es la misma. Y si su voluntad es diferente, también su naturaleza es extraña, y no son del Creador. Y que nos digan de dónde son esas almas; porque es probable que no sean del Creador. Porque él no las vendería si realmente fueran suyas, porque no odiaría su propia naturaleza y amaría una naturaleza que no era la suya. "Y si él vendía su naturaleza por algo que no era afín a su naturaleza, hay un gran parentesco entre él y el Extraño, pues he aquí que en ambos se encuentra un mismo afecto; y además, en ambos pertenece una misma voluntad, a saber, que el Justo ame la naturaleza del Extraño y le venda algunas de sus posesiones, y que el Extraño ame la naturaleza del Justo y le compre. Y también se considerará que esa naturaleza del Justo, que se compra como algo precioso, supera a la otra; porque si la naturaleza del Justo no fuera más excelente que la del Extraño, el Extraño en realidad no la habría comprado. Pero ¿qué dio el Extraño a aquellos a quienes compró? Y si les dio un reino, ¿puede ser que les haya dado uno mayor que el de Elías y Enoc? ¿Y por qué entonces no trajo consigo algunas de sus cosas buenas también aquí? ¿O fue porque nuestro dominio no es digno ¿No los introdujo en nuestro dominio por eso? En ese caso, son mayores que el mencionado Jesús, ya que nuestro dominio es digno de Jesús e indigno de Jesús (es decir, las cosas buenas del Extraño). Y si fue para que no se le negaran, entonces a Jesús se le negaron cuando entró en nuestro dominio.