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Lucio
Lactancio (240-317)
fue el más elegante escritor de la Iglesia primitiva, por su exquisito manejo de las lenguas
griega y latina (que le valió el título de Cicerón cristiano) y por el
alto cargo que ejerció (la formación de la familia imperial de
Constantino). Vida.
Lucio Celio Firmiano Lactancio nació en el seno de una familia pagana del norte
de África, lugar en que recibió una educación esmerada y toda su
formación inicial y superior. Fue posiblemente discípulo e Arnobio, y
adquirió un gran renombre como profesor de Retórica.
A
petición del emperador
pagano Diocleciano, se desplazó
Lactancio de su patria a Nicomedia (Bitinia), para dirigir la escuela
superior que allí había fundado el emperador, en la nueva capital
imperial de Oriente.
Hacia el 303 se vio obligado a renunciar a su cátedra
(pues ya se había convertido al cristianismo) y el año 306 abandona
Bitinia (pues ya había estallado la persecución imperial contra la
Iglesia).
Tras
el Edicto de Milán (ca. 313), el
emperador cristiano Constantino lo llama a las
Galias, y desde el 317 le encomienda la formación y tutoría de su hijo mayor Crispo,
en la ciudad de Tréveris (lugar en que permanece hasta su
muerte).
Obras.
Lactancio escribió
un tratado acerca
de la Obra de Dios,
7 libros sobre las
Instituciones Divinas, un epítome a
esta obra, un tratado acerca
de la Ira
de Dios, otro acerca
de la Muerte de los
Perseguidores y
un poema
acerca del Ave Fénix. Se han perdido,
además, otras 5 obras suyas (según las que enumera San Jerónimo).
Las
Instituciones Divinas constituyó el primer intento de redactar en latín una suma de toda la fe
cristiana, razón por la cual no es contado en el número de los Padres de la
Iglesia, sino en el de los escritores eclesiásticos.
Se
trata de una obra en la que Lactancio demuestra las incongruencias y absurdos de las religiones paganas, y trata luego
de hacer una exposición sistemática del conjunto de la doctrina
cristiana, aunque con poco éxito por su parcial conocimiento de ella.
En
su
Muerte de los
Perseguidores Lactancio
muestra
un estilo exuberante, siempre amable y lleno de suavidad. No obstante, en
ocasiones se vuelve
amargo y violento. Doctrina.
La enseñanza
de Lactancio se desarrolla preferentemente dentro del campo de la
moral natural, y deja en un nivel muy inferior todos los aspectos estrictamente teológicos. Teológicamente,
Lactancio parece vincular la existencia individual del Espíritu Santo a
las otras dos personas divinas, en ocasiones al Padre y en otros casos al
Hijo. Antropológicamente, Lactancio
defendía la creencia en la
inmortalidad del alma. Escatológicamente,
Lactancio
creía que los condenados no serían
aniquilados, sino que se verían sometidos a un castigo eterno (Instituciones
Divinas, II, XII, 7-9). También defendía el milenarismo, e incluso afirmó que sólo faltaban
200 años para la llegada de dicho milenio. Políticamente,
Lactancio sostiene que la
sociedad humana tiene su origen en la voluntad de Dios (su Creador, a su imagen y
semejanza), y que de ahí se deriva el deber de la solidaridad entre los
hombres. Ver
aquí su Obra de Dios ( ),
Ira de Dios ( ),
Perseguidores ( ),
Ave Fénix ( )
e
Instituciones
Divinas ( ,
,
,
,
,
,
y ).
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