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Epifanio
de Salamina (315-402) fue uno de los heresiólogos más importantes de la
Iglesia antigua, así como el 1º en introducir las fórmulas marianas en
el Símbolo
de Fe. Vida.
Según Sozomeno (Historia Eclesiástica, VI, 32), Epifanio nació en
Eleuterópolis (cerca de Gaza), y según San Jerónimo (Contra Rufino,
II, 22) adquirió de joven conocimientos de griego, siríaco, hebreo, copto y
latín. Comenzó
Epifanio su formación espiritual
de la mano de San Hilarión, junto a un grupo de monjes del desierto
en el que, según su propio testimonio
(Panarion, XXVI), un grupo de mujeres gnósticas intentaron atraerle a su forma de
vida. Hacia
el 335 funda en su
pueblo natal un monasterio de monjes cenobitas, que gobierna él mismo durante 30
años. El año 367
es elegido por los
obispos de Chipre como obispo de Salamina, cargo que le hace metropolitano
de toda la isla. En el cisma de Antioquía se alinea
Epifanio en contra de Melecio,
con quien rehúsa restablecer la comunión eclesiástica y a quien acusa de
estar en relación con los pneumatómacos. No es seguro que estuviese en el Concilio I de Constantinopla
(ca. 381), puesto que no figura entre los firmantes. Sí que se le encuentra al año
siguiente en el Sínodo de Roma (Jerónimo, Epistolario, CVIII). Opuesto a toda especulación metafísica en teología, así como a la
interpretación de la Escritura en sentido alegórico, no sólo condena Epifanio
el origenismo (que estima la más peligrosa de todas
las herejías; Panarion, LXIV), sino que es implacable en su
persecución,
pues su interpretación alegórica de
la Biblia podía ser "un semillero de conflictos y un arma ideal
para los herejes" (de hecho, el mismo San Jerónimo dejó de ser origenista
por ese motivo). Hacia el 392 pronuncia un discurso en Jerusalén, invitado por el
obispo Juan, y en él pide la condenación de Orígenes. Asiste numeroso público
y el propio obispo Juan, defensor de Orígenes. Con este discurso comienza la
1ª controversia origenista, ya que Juan le contesta esa misma tarde (Jerónimo,
Contra Juan, II). El
año 394, en carta dirigida al obispo Juan (que
le había acusado de haber violado sus derechos, al ordenar al monje Paulino sin
contar con él) expone Epifanio con detalle los errores de Orígenes, y pide a Juan que le
condene (Jerónimo, Epistolario, LI). Ante la negativa de Juan, Epifanio
rompe la comunión con él. El
año 400 es condenado Orígenes
por un Concilio de Alejandría convocado por su metropolitano Teófilo,
y Epifanio aúna
sus esfuerzos con los de Teófilo para expulsar de sus monasterios a los famosos
"cuatro hermanos largos" y al resto de adeptos egipcios de Orígenes. Al
dar asilo a los origenistas San Juan Crisóstomo (ca. 400), Epifanio marcha a Constantinopla para emprender personalmente
la guerra contra el origenismo. Al llegar a la
ciudad, rehúsa la hospitalidad que le ofrece Juan Crisóstomo, e incluso se
niega a concelebrar
con él en
una eucaristía
(Sócrates,
Historia Eclesiástica, VI, 12-14). Ante los motines populares en
defensa de Juan Crisóstomo, y apercibido por Teófilo, Epifanio abandona
Constantinopla y se embarca para Chipre, muriendo en alta mar el año 402.
Su postura pesará mucho en las decisiones del Sínodo de la Encina, que depone
a Crisóstomo el 403 (Focio, Biblioteca, LIX). Obras.
Como defensor
del método realista y tradicionalista, se oponía Epifanio a cualquier tipo de especulación
metafísica,
y por eso su obra es esencialmente polémica. Como
enemigo del helenismo,
al percibir el daño
que su infiltración causaba en la teología cristiana, Epifanio fue muy leído en
su época, a lo que había que añadir que el lenguaje que utilizaba era fundamentalmente
popular. Su
1ª obra escrita (ca. 374) fue el Ancoratus, compendio del dogma
trinitario que termina con dos profesiones de fe: una de la Iglesia de
Salamina (Ancoratus, CXIX) y otra compuesta
por él mismo
(Ancoratus, CXX). Su
2ª obra escrita (ca. 377) fue su Panarion
(o Botiquín de Herejías), que va describiendo una a una las 80
sectas existentes en su época, incluidas las anteriores al cristianismo. El epítome
final no parece que sea del autor. Su
3ª obra escrita (ca. 392) fue sobre
Terminología Bíblica (o Pesos y Medidas), todo un
vademecum sobre arqueología bíblica. Su
4ª obra escrita (ca. 394) fue Gemnis (o Sobre las Doce Piedras
Preciosas), sobre el pectoral del
sumo sacerdote
judío. Su
5ª obra escrita
(ca. 394) fue un tratado Contra las Imágenes, en el que califica de idolatría la fabricación de
imágenes e implora al emperador Teodosio su retirada de las iglesias y cementerios. De su abundante
correspondencia sólo nos han llegado fragmentos de
cartas traducidas por San
Jerónimo,
una a Juan de Jerusalén y otra al emperador Teodosio. Doctrina.
Epifanio
fue defensor intransigente del
término homousios (lit. consustancial) de Nicea, y hostil a toda fórmula de
compromiso. En
ese sentido, afirma repetidas
veces que el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo. Así mismo,
coloca en la profesión de fe a María, como "la siempre virgen". La
Iglesia, por su parte, es depositaria de la verdad, así como vía de acceso a la
verdad. Iconografía.
Epifanio sugirió que todas las imágenes debían ser retiradas de las iglesias, que
debían cubrirse de blanco las
pinturas de las paredes y que, si los mosaicos no podían ser destruidos, como mínimo
habría que prohibir hacer otros. Según
el mismo
Epifanio relata (Epistolario, LVII), él mismo rasgó en Anablata una cortina que había en la iglesia con la imagen
de Cristo, puesto que era "contraria a la doctrina de las Escrituras."
Así mismo, en su carta al emperador Teodosio (ca. 394) señala que "las imágenes no
son sino un intento de Satanás por volver a los cristianos a la idolatría, ya
que, aparte de estar prohibidas por la Escritura, ninguno de los padres o de los
obispos deshonró jamás a Cristo teniendo una imagen suya". Ver
aquí sus Cartas ( ),
Panarion ( ,
,
,
,
,
y ),
Ancoratus
( ) y
Terminología Bíblica
( ).
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