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Cirilo
de Jerusalén (315-387) fue el principal de los padres
judíos, y el gran catequeta de la Iglesia primitiva. Vida.
Cirilo
nació en los alrededores de Jerusalén, en el seno de una familia de
amplio bagaje cultural, como lo demuestra su
vasta
formación en
astronomía,
geografía y anatomía humana (Catequesis, VI,3; XVI,22; IV,22;
IX,15). Ordenado sacerdote por su obispo
Máximo
(ca. 343),
deslumbró Cirilo por sus catequesis cuaresmales durante la cuaresma del
348,
siendo elegido para el episcopado el 351,
como obispo
de Jerusalén. Al
haber sido promocionado a la sede por el obispo de Cesarea (Acacio, a la
postre arriano), algunos
han
querido ver en este hecho una actitud arrianizante de
Cirilo,
tales como
Sócrates
(Historia
Eclesiástica,
XI,
38)
y
Sozomeno
(Historia
Eclesiástica,
IV,
20). De
opinión contraria es Teodoreto de Ciro,
que tiene a Cirilo como defensor
valiente de la fe apostólica y hombre digno del episcopado (Historia
Eclesiástica,
XI,22;
V,9). Lo
cierto es que, con el tiempo, Acacio
acusó
a Cirilo
de haber vendido ornamentos legados por Constantino a su iglesia,
y logró su deposición
y
destierro
a Tarso.
El Concilio de Seleucia
(ca. 359)
logra rehabilitarlo, pero Acacio
logra que sea de nuevo desterrado (ca. 360). Gracias al emperador Juliano,
Cirilo
puede regresar de
nuevo a Jerusalén
(ca. 362), pero el nuevo
emperador
Valente lo vuelve a desterrar por 3ª vez (ca. 367),
hasta que 12 años después el nuevo emperador Teodosio lo vuelva a
restituir de forma definitiva (ca.
379),
e invita al Concilio de Constantinopla
(ca. 381). Obras. El escrito principal de
la
pluma de
Cirilo son sus
Catequesis,
que por razón del auditorio
a que iban dirigidas se dividen en dos grupos: 1º la
pro-catequesis, y 18
catequesis destinadas a los catecúmenos que debían recibir el bautismo en las
fiestas de Pascua;
2º las
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catequesis mistagógicas, dirigidas a
los neófitos. Las primeras
fueron
pronunciadas durante la
Cuaresma, y las otras en la
semana de Pascua. No existe sentencia unánime en cuanto al año en que fueron
pronunciadas.
San
Jerónimo las sitúa
en su época juvenil
(Varones
Ilustres,
CXII),
otros dicen que
pertenecen a su época sacerdotal, y otros a su 1ª época episcopal. Otras
obras de
Cirilo,
mucho menores, fueron su Homilía sobre la Piscina de Betesda y la
Carta a Constancio. Doctrina. Es difícil
compendiar las
líneas características de la
doctrina de Cirilo, puesto
que,
como catequista, su enseñanza abarcaba
todos los principios de la fe. Cristología.
Según
Cirilo,
Jesucristo es verdadero Dios en el
mismo sentido que el Padre, y uno con
él. Este Hijo único de Dios
bajó
del cielo a la tierra por nuestros pecados, y
adquirió
una humanidad con los mismos
sentimientos
y realidad
que la nuestra. De
ahí que la naturaleza de
Cristo fuese
doble: humana
visiblemente, y
divina
invisiblemente. Eclesiología.
Según Cirilo, la Iglesia es madre
y maestra de la verdad. A un nivel más profundo y misterioso, la Iglesia es el
medio vital para que el Espíritu Santo, fuente de toda santidad, obre a través
de ella. Jesucristo fundó la Iglesia, y el Espíritu Santo es quien la
santifica, y la mueve a expandir la salvación inaugurada por Jesucristo. Espíritu Santo.
Según
Cirilo, tanto Jesucristo como el Espíritu Santo participan de la única
divinidad del Padre,
aunque a
cada uno
le corresponde una personalidad distinta.
El Espíritu es el santificador de todo lo que hizo el Padre,
pero lo hace por medio de Jesucristo y de su Iglesia, en una vitalidad
variada que se va adaptando a cada uno de los miembros de la
Iglesia. Bautismo.
Cirilo llama al
bautismo
"sello santo e
indeleble",
cuyos
efectos son el perdón de los pecados y
la adopción de hijos de Dios. Nadie puede salvarse si no es por el bautismo
de agua o de fuego (el
martirio), el 1º
de ellos inaugurado por el Bautista y el 2º por el propio
Jesucristo (con su muerte y resurrección). Como el
bautismo de Cristo, el nuestro es
también
lo suficientemente
fuerte
como para combatir los poderes del enemigo. Confirmación.
Cirilo
llama a la confirmación
el
"sacramento del Espíritu Santo",
que sella las almas de quienes lo reciben y
las introduce en el ejército
(lit. milicia)
del gran Rey. Mediante la crismación nos hace
copartícipes de la victoria de Cristo sobre Satán,
y nos da el valor necesario para predicar el
evangelio
e
iluminar a los demás. Eucaristía.
Cirilo
llama a la eucaristía
la
"continuación
y consumación
de la participación progresiva en los misterios
iniciáticos"
de Cristo. Todo
el que comulga llega a ser concorpóreo y consanguíneo de Cristo,
y se convierte en
cristóforo
y partícipe de la divina naturaleza. La presencia real de Cristo en la eucaristía
ha sido posible merced a un cambio sustancial de los elementos. Por
su parte,
la epíclesis (o invocación del Espíritu Santo sobre la ofrenda, pidiendo su conversión en el
cuerpo y
sangre de Cristo) es la causa eficiente de la
eucaristía. También hace
referencia al aspecto sacrificial de la eucaristía. Ver
aquí sus catequesis, sobre Protocatequesis ( ),
Padre
( ,
,
y ),
Hijo ( ,
,
,
,
y ),
Espíritu Santo ( y
),
Dogmas
( ),
Fe
( ),
Conversión ( ),
Bautismo
( ,
,
y ),
Confirmación
( ),
Eucaristía (
y
),
Iglesia, Resurrección y Vida Eterna ( ).
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